Feliz Día a todos los trabajadores de Palermo Guan!!!
Escogí a Quinquela Martín porque como él varios de nosotros, diría todos, podríamos pertenencer a la Orden del Tornillo.
Salute!! y pongamos, como Clemente: un cacho de cultura
" La Orden del Tornillo"
Desaparecida la Peña, el grupo de artistas e intelectuales que allí se daban cita, comenzaron a hacerlo en el Atellier de Quinquela, de la Vuelta de Rocha. Así fue como todos los domingos se reunían en ese lugar. En cierta oportunidad el ceramista y amigo de Quinquela, Lucio Rodríguez, llamado el poeta de las pátinas, le propuso una idea jocosa, divertida y fuera de lo común.
Consideró que los locos debían ser merecedores de honores y agasajos. Llamaron locos a aquellas personas cultoras de la verdad, del bien, y de la belleza de espíritu. Así nació en 1948 La orden del Tornillo eligiéndose a Quinquela Gran maestre de la Orden. Todos los que se destacaron por su bonomía espiritual, fueron premiados y agasajados, dejando a un lado el cargo o jerarquía que dentro de la sociedad pudiesen ocupar. Entre ellos se encontraba a un número variado de personas que se desempeñaban como artistas, embajadores, benefactores, músicos, periodistas y poetas.
"La ceremonia consistía en una comida, una serie de humoradas y la entrega del Tornillo. Luciendo mi uniforme de gran maestre, con abundancia de jalones y orlado de simbólicos tornillos, entrego a los nuevos miembros de la Orden el diploma que los acredita como tales... y coloco con aparente solemnidad la preciada condecoración, consistente en un gran tornillo dorado, que pende de un cordón de color."
Alrededor de trescientas, fueron las personas a las que Quinquela les rindió homenaje a lo largo de esos encuentros.
Consideró que los locos debían ser merecedores de honores y agasajos. Llamaron locos a aquellas personas cultoras de la verdad, del bien, y de la belleza de espíritu. Así nació en 1948 La orden del Tornillo eligiéndose a Quinquela Gran maestre de la Orden. Todos los que se destacaron por su bonomía espiritual, fueron premiados y agasajados, dejando a un lado el cargo o jerarquía que dentro de la sociedad pudiesen ocupar. Entre ellos se encontraba a un número variado de personas que se desempeñaban como artistas, embajadores, benefactores, músicos, periodistas y poetas.
"La ceremonia consistía en una comida, una serie de humoradas y la entrega del Tornillo. Luciendo mi uniforme de gran maestre, con abundancia de jalones y orlado de simbólicos tornillos, entrego a los nuevos miembros de la Orden el diploma que los acredita como tales... y coloco con aparente solemnidad la preciada condecoración, consistente en un gran tornillo dorado, que pende de un cordón de color."
Alrededor de trescientas, fueron las personas a las que Quinquela les rindió homenaje a lo largo de esos encuentros.
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